lunes, 5 de octubre de 2015
domingo, 4 de octubre de 2015
UNIDAD II: Transtornos alimenticios
Trastornos Alimentarios
También conocidos como psicopatología alimentaria, son alteraciones de los hábitos alimenticios comunes que llevan al desarrollo de enfermedades causadas por ansiedad y por una preocupación excesiva con relación al peso corporal y al aspecto físico.
Por lo general este problema afectaba casi solamente a mujeres, pero en la actualidad, muchos jóvenes varones, también las están desarrollando, con el fin de tener un mejor cuerpo, combinando estos problemas con el ejercicio físico excesivo o vigorexia, dejando de alimentarse sanamente para formar músculos a través del consumo de esteroides y proteínas sintéticas.
Las personas que los padecen dan una especial importancia a los alimentos, alrededor de los cuales giran todos sus pensamientos, sentimientos, sueños, ideales y problemas, haciéndose hiperdependientes de esas ideas y desarrollando un trastorno de identidad a partir de la enfermedad.
Las conductas desarrolladas pueden alterarse o no voluntariamente, y para ello están involucrados múltiples factores personales, familiares y sociales, en los que el nivel de autoestima, las comparaciones constantes entre amigos y familiares, la presión de los medios de comunicación con relación a la moda y la "belleza" y el miedo a tener sobre peso, hace que quienes los padecen pierdan el sentido de la realidad, sometiéndose a dietas y hábitos que ponen en gran riesgo la vida y la salud integral.
Por lo general, el padecer algún tipo de trastorno alimentario va más allá de los síntomas particulares de cualquiera de sus manifestaciones, ya que son acompañadas por un marcado aislamiento de la persona, cansancio excesivo, sueño, irritabilidad, conductas violentas, agresión hacia personas conocidas miembros de familia, autoagresión al no aceptarse , vergüenza, culpa y depresión.
Son varios los factores que predisponen el desarrollo de algún trastorno de la alimentación, pues las psicopatologías alimentarias son provocadas por múltiples factores que pueden hacer que una persona sea vulnerable a desarrollarlo que otras.
Entre los trastornos de la alimentación más frecuentes, están la bulimia, trastorno que permite comer para después utilizar métodos para eliminar rápidamente los alimentos del cuerpo, la anorexia nrevosa o "falta de apetito", la ortorexia, o sea la obsesión por la "comida sana", la permarexia o miedo a los alimentos, y otros más.
También entre los trastornos alimenticios de otro tipo están: los comedores compulsivos y la pica.
Los trastornos alimentarios no afectan únicamente a la manera de comer, ya que en realidad, se desarrollan como resultado de problemas de la percepción y por la forma en que una persona se ve a sí misma y en relación con su mundo.
Entre los factores personales que pueden influir en las conductas alimentarias, están:
La edad, ya que por lo general se desarrollan durante la pubertad en caso de las mujeres y en la adolescencia en los hombres, aunque se han presentado casos desde niñas de 6 años en adelante.
El padecer sobrepeso u obesidad durante la infancia, lo que ocasionó burlas entre los amigos o adultos.
No aceptarse como persona, y tener determinados rasgos de carácter.
Tener tendencias depresivas o sufrir trastornos de ansiedad, así como ciertos trastornos de personalidad como las conductas impulsivas, compulsivas.
Haber elegido alguna afición o carrera que conceda gran importancia al peso como el moblaje, el atletismo, el físico culturismo, la danza y la equitación entre otras.
Ser perfeccionista y exageradamente autocrítico, con autoexigencias demedidas y rígidas.
Tener una baja autoestima, personalidad depresiva, sensibilidad extrema y temor de enfrentar situaciones y conflictos.
Entre los factores familiares y ambientales que favorecen o predisponen la aparición de una psicopatología alimentaria están:
Tener familiares obesos o que padezcan algún desorden alimentario.
Tener antecedentes familiares de trastornos depresivos, obsesivos o alcoholismo.
Tener antecedentes de abuso sexual.
Convivir con personas que dan mucha importancia al peso y a la apariencia física.
Tener perjuicios y mala interpretación de los valores.
Los antecedentes de obesidad o trastornos alimenticios son un factor predisponente importante. La mayoría de los casos de psicopatologías suelen darse porque algún familiar haya padecido trastornos u obesidad; las personas con bulimia son las que tienen mayor probabilidad de tener familiares obesos.
Entre los factores socioculturales, se pueden mencionar:
La presión social y mediática que existe alrededor de la figura y del adelgazamiento, ya que la moda y la publicidad incitan más a adelgazar que a mantener una buena salud.
La discriminación y burla hacia los obesos en todos los ámbitos de la vida social, escuela, trabajos, amigos, y hasta por los problemas que se generan en centros recreativos, transportes públicos y de diversión por que los lugares no están adaptados para personas con sobre peso.
La difusión a través de revistas y páginas de Internet pro-anorexia.
La inadecuado manejo de campañas contra la obesidad estipuladas por las secretarías de salud a favor de tener una mejor calidad de vida, y manejando que para ello, se debe conservar una figura delgada, lo que ha motivado una serie de dietas milagrosas y mágicas que en lugar de ayudar ponen en riesgo la salud.
La delgadez, que se asocia, de algún modo, con belleza, elegancia, prestigio, juventud y aceptación social.
Pueden existir detonantes diversos, como puede ser un abuso sexual, un aborto, los comentarios de alguna amiga o hasta una fiesta próxima en donde se tratará de lucir un vestido, las constantes presiones y críticas familiares y otros más.
UNIDAD II: Nutrimentos orgánicos e inorgánicos
Nutrimentos Orgánicos e Inorgánicos
Un nutriente es un elemento constitutivo de las sustancias alimenticias, ya sean de procedencia vegetal o animal, que ayuda a mantener la vida. Puede ser un elemento simple como el hierro o el cobre o puede ser un compuesto químico complicado como el almidón o la proteína, compuesto de muchas unidades diferentes.Se sabe que unos 100 nutrientes diferentes tienen valor en las raciones del ganado y de las aves de corral. Muchos son necesarios individualmente para el metabolismo corporal, crecimiento y reproducción; otros o no son esenciales o pueden sustituirse por otros nutrientes.
No existen dos alimentos que contengan los nutrientes en la misma proporción. Cada alimento suele contener una mayor o menor proporción de uno o varios de estos principios. Estas diferencias hacen necesario que se regule la cantidad de cada alimento, de tal manera que la total composición de sus nutrientes sea la requerida en cada caso, variable según la especie, edad, producción, etc.
La clasificación de los nutrientes según su origen: Orgánicos (Carbohidratos, Grasas, Proteínas, Vitaminas), e Inorgánicos (Agua, Sales minerales). Según su misión principal: Energéticos (carbohidratos y lípidos), Plásticos y energéticos (proteínas), Plásticos y biorreguladores (macroelementos minerales), y Biorreguladores (microelementos minerales, vitaminas y antibióticos).
UNIDAD II: ¿A qué se refiere el balance energético?
BALANCE ENERGÉTICO
El balance energético se refiere al equilibrio entre la energía que consumimos a través de los alimentos y la energía gastada durante el día. Tradicionalmente ha sido expresado mediante la siguiente ecuación:La ecuación anterior conocida como ecuación estática, responde a la Primera Ley de la Termodinámica o Ley de la Conservación de la Energía: "La energía no se crea ni se destruye solo se transforma". En otras palabras “Aunque la energía tome muchas formas, la cantidad total de energía es constante y cuando la energía desaparece en una forma, aparece simultáneamente en otras formas.”
Equilibrio energético: Si la ingesta y el gasto de energía son iguales, se mantiene el equilibrio en cuanto al depósito calórico representado por el peso corporal.
Balance energético positivo: Cuando la ingesta de energía es mayor que su gasto, se traduce en un aumento de peso debido al aumento del tejido adiposo.
Balance energético negativo: Cuando la ingesta de energía es menor que su gasto, se produce una disminución del peso corporal.
La ecuación estática del balance de energía nos permite entender en términos generales la influencia de la ingesta de alimento y el gasto de energía en la variación del peso. Sin embargo, en ciertas situaciones las predicciones de cuánto peso puede perder o ganar una persona dependiendo de una disminución o incremento de las calorías ingeridas respectivamente, parecen entrar en contradicción con las leyes termodinámicas. Sin embargo, debe entenderse que los seres vivos son organismos muy complejos y que existen otros factores que afectan los componentes del balance energético tales como la influencia genética, el tipo de dieta, hábitos alimenticios, condiciones ambientales y estilo de vida.
El balance de energía se explica mejor considerando una ecuación dinámica en vez de una estática, una ecuación en la cual los cambios en un lado producen modificaciones compensatorias a nivel metabólico y conductual en el otro lado de la ecuación. Adicionalmente, la ecuación dinámica introduce el efecto de las variaciones de los depósitos de energía sobre el gasto energético en el tiempo y considera que el gasto energético crece si hay aumento de peso.
UNIDAD II: ¿Cómo se presenta el gasto calórico?
¿CÓMO SE PRESENTA EL GASTO CALÓRICO?
Es prácticamente imposible hacer una estimación exacta del gasto energético de una persona, sin embargo la O.M.S. ha calculado que las necesidades energéticas diarias de una persona en edad escolar son de 50 Kcal. por Kg. de peso.
El valor energético o valor calórico de un alimento es proporcional a la cantidad de energía que puede proporcionar al quemarse en presencia de oxígeno. Se mide en calorías, que es la cantidad de calor necesario para aumentar en un grado la temperatura de un gramo de agua. Como su valor resulta muy pequeño, en dietética se toma como medida la kilocaloría (1Kcal = 1000 calorías). A veces, y erróneamente, por cierto, a las kilocalorías también se las llama Calorías (con mayúscula). Cuando oigamos decir que un alimento tiene 100 Calorías, en realidad debemos interpretar que dicho alimento tiene 100 kilocalorías por cada 100 gr. de peso. Las dietas de los humanos adultos contienen entre 1000 y 5000 kilocalorías por día.
Cada grupo de nutrientes energéticos -glúcidos, lípidos o proteínas- tiene un valor calórico diferente y más o menos uniforme en cada grupo. Para facilitar los cálculos del valor energético de los alimentos se toman unos valores estándar para cada grupo: un gramo de glúcidos o de proteínas libera al quemarse unas cuatro calorías, mientras que un gramo de grasa produce nueve. De ahí que los alimentos ricos en grasa tengan un contenido energético mucho mayor que los formados por glúcidos o proteínas. De hecho, toda la energía que acumulamos en el organismo como reserva a largo plazo se almacena en forma de grasas.
Recordemos que no todos los alimentos que ingerimos se queman para producir energía, sino que una parte de ellos se usan para reconstruir las estructuras del organismo o facilitar las reacciones químicas necesarias para el mantenimiento de la vida. Las vitaminas y los minerales, así como los oligoelementos, el agua y la fibra se consideran alimentos que no aportan calorías.
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